Juana Guillen Talamantes de Ortiz (1915-2011) Nació un 17 de Mayo de 1915. Sus Padres Hipólito y Antonia, ella fue la mayor de todos sus hermanos. Fue en el año (1930) cuando unió su vida en matrimonio a su esposo Marcelino Ortiz. Sus hijos Pablo, Cristina, Chuy, Chayo, Jorge, Toña, Juan y Juana llenaron de felicidad cada rincón de su hogar. Vivió por largos años en la ciudad de Torreón en el estado de Coahuila. Aunque la mayor parte de su vida la vivió en Cd. Juárez, Chihuahua. Por largos años dedicada a la sastrería, a los labores del hogar desde su juventud. Desarrolló una confianza y un amor inmenso por tales motivos empezó su eterna afición por el tejido y la comida. Fue muy apreciada por las personas que a lo largo de su vida fueron testigos de sus talentos y virtudes.
El 20 de Mayo de 1973, a la edad de 58 años fue que decidiera entregar su vida al Señor Jesucristo y ser bautizada por el Hermano Pablo García Lerma. Durante toda su vida fue una mujer totalmente consagrada y dedicada a la labor dentro de su congregación. La fe marcaba una pauta ejemplar para toda persona que tuvo el honor de conocerla. Una gran mujer de pocas palabras pero de un ejemplo que marco la vida de todo el núcleo familiar….
De ahí el vació que sintió la familia el Sábado 23 de Julio 2011, minutos despues de las 5:00 de la tarde, presa de una grave enfermedad y rodeada de algunos familiares dio ese su ultimo suspiro, aquel que se ha quedado grabado en sus mentes (como capitulo de una película que nunca termina) dejándonos afligidos victimas de un quebranto inmenso y con una tristeza que solo el tiempo a veces intenta hacernos olvidar sin embargo todo el tiempo recordamos (así como hoy) aquella su eterna alegría llena de esas sus lindas y ocurrentes bromas que la caracterizaron y en su casa a veces pareciera verla sentada leyendo su biblia, escribiendo cada acontecimiento de su vida, o simplemente verla caminar de aquí para allá en esa casa que nos ha visto crecer… y que algunas veces nos hace extrañarla con las fuerzas del corazón… Dentro del vacío surge una eterna esperanza es decir no un adiós sino un rencuentro en la eternidad. Donde al llegar todo será felicidad, viviendo un sueño echo realidad.
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré”
"A un leve dormir, y un eterno despertar"
Juana Guillen Talamantes de Ortiz.... "Presente"
Delante de su Señor y Salvador Jesucristo. Tenemos la esperanza viva en nuestros corazones de que el que muere en Cristo aunque este muerto vivirá.
Jorge A. Ortiz
2012