Nacida: En la Ciudad de México, México el 26 de mayo de 1918.
Murió: En Ottawa, Canadá el 1 de agosto de 2012.
Familia
La madre de Marianela era Enriqueta Basurto y su padre era José María Pérez. Sus abuelos paternos fueron Efraín Pérez y Adelina Morante. Sus abuelos maternos fueron Constantino Basurto y Enedina Martínez.
Tuvo seis hermanos: Evaristo, José, Miguel, Alejandro, Ricardo y Eduardo, y dos hermanas: Angelina y Estela. Marianela fue la segunda niña más pequeña. Su padre trabajaba en la marina de guerra para las Fuerzas Armadas Mexicanas como músico, y fue el Director de la Orquesta Sinfónica de México.
Marianela se casó con Gersson Riquelme el 13 de abril de 1936. Tuvieron dos hijos, Gersson (fallecido en 1985) y Héctor Alejandro (fallecido en 2010), y una hija, Irma Elizabeth (fallecida el 14 de diciembre de 2009). Su hijo mayor, Gersson, vivió en Canadá y nunca se casó. Su hijo Héctor Alejandro (conocido como el Guerro), vivió en México, se casó con María Eugenia, y tuvieron tres hijos: Alejandro (Alex), Paul, e Ivonne. Su hija menor, Irma Elizabeth, se casó con Marcel Potvin el 27 de marzo de 1965 y vivierón en Canadá (se divorciaron el 13 de junio de 2007). Tuvieron una hija, Gina Elizabeth quien se casó con Fraser Smith el 2 de octubre de 1999, y tuvieron una hija (Shaye Morrison en 2004) y un hijo (Ronin Madden en 2007).
Educación
Marianela estudió en la Ciudad de México, donde se destacó en Matemáticas y Deportes. A los 17 años comenzó a ser entrenada para ser una ayudante de laboratorio en Ital-Mex Laboratorios y se convirtió en el empleado de confianza y representante del laboratorio.
Empleo
Marianela trabajó en el laboratorio médico hasta que se casó. A lo largo de su vida, ella comenzó y corrió varias pequeñas empresas, como una carnicería, una tienda de muebles, una tienda de papel, y una librería.
Aficiones e intereses
Cuando Marianela era joven, su padre necesitaba practicar la música y le pidió a sus hijos de estar en silencio durante ese tiempo. Su madre inventó un lenguaje de signos estructurado de la suya, que ella y los niños utilizan para comunicarse durante el día. Más adelante en la vida, la madre de Marianela se quedó sorda y sus hijos utilizaban este lenguaje de señas para comunicarse con ella.
Marianela y sus hermanos y hermanas se turnaban para asistir a los conciertos de su padre. Fue un gran evento para los niños, y incluía la compra de ropa y zapatos nuevos para vestirse para la ocasión. Cuando asistió Marianela, ella siempre supo los nombres de las piezas de concierto y sus compositores.
En su adolescencia, Marianela era una consumada jugadora de béisbol y se convirtió en el capitán del equipo de fútbol de su escuela. Como madre, le gustaba estar involucrada en los deportes de sus hijos, incluyendo el béisbol, fútbol, etc.
Tener la necesidad de una vida social, Marianela formó un club de mujeres aunque los hombres pronto se quería integrar en el grupo. Los miembros del club se mantuvieron amigos hasta el final de sus vidas. El grupo social se prolongó por más de 35 años.
Marianela le encantaba viajar y explorar oportunidades para admirar la naturaleza y las maravillas de la tierra. Ella visitó muchos lugares en México, los Estados Unidos y Canadá.
Marianela era también una ávida jugadora de cartas. Era diestra en "Pula" y "Canasta" y la llamábamos en broma "El Tiburón". Por más de 40 años jugaba cartas todas las noches después de cenar con su hija Irma Elizabeth y amigos si se atrevían a entrar en el juego.
Estilo de vida
Ella siempre estaba rodeada de gente, aquellos que les traía alegría con su gran sentido del humor, y los necesitados, que le encantaba ayudar. Su puerta siempre estaba abierta para un amigo de visita o si alguien necesitaba un corto plazo (o largo plazo) lugar para quedarse.
Cuando su hermana Estela se quedó ciega, no dudó en llevarla a su casa e hizo a ella y a sus dos hijos parte de su familia, y los amo tanto como ella lo hizo a sus propios hijos. Ellos vivieron con ella hasta que los dos hijos, Javier y Gilberto, estaban de edad adulta.
Su casa estaba siempre limpia brillante con el olor de las flores frescas y la buena comida y siempre con el sonido de la risa. Sus hijos consideraron que era un hogar maravilloso.
Ella nunca se sintió bella, sin embargo la felicitaban durante toda su vida.
Calma, paciencia, bondad y sentido de la justicia se encuentran entre las virtudes que ella defendía. Ella podía dar lo que tenía sin pensarlo dos veces, y nunca esperaba que se lo agradecen. Pero era muy querida y apreciada por todo lo que hizo. Era una gran mujer con un gran corazón.
Marianela nunca hablaba mucho acerca de la religión, sin embargo veneraba a Dios y fielmente oraba todos los días. Ella se dedicó a la Virgen de Guadalupe y de San José.
En sus últimos años, le gustaba hacer crucigramas (en francés!), salir a comer, ver la gente pasar, hacer reír a la gente, y de amar.
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Mi mama, Irma Elizabeth, había empezado a escribir este elogio para mi abuelita antes de que ella murió repentinamente el 14 de diciembre de 2009. Ella escribió: "Mami, tu fuiste mi mamá, mi mejor amiga, mi consejera, mi compañera y la mitad de mi mundo. Pide a Dios que nos vuelva un reunir para la eternidad. Tu estarás en mi mente cada día de mi vida. Hasta pronto. "
