De parte de Adriana
Mamá Rita:
Así parezca que ésta paticortica es muy fregada...soy tímida y me
cuesta escribir cuando muchos lo leerán, pero hoy he decidido hacerlo.
Hace un año que te fuiste a la Patria Celestial, pero el recuerdo de
tu presencia queda entre los que te conocimos, como un espacio a donde
podemos acudir y sentir un poco de alegría; aprender a ver soluciones
sencillas y prácticas ante cosas que pueden ser muy difíciles en
apariencia.
Cuando acudía a tu casa, siendo estudiante de medicina, me sentía
totalmente acogida, querida y tratada con sinceridad y aprecio. Yo
vivía situaciones muy difíciles (aunque no lo sabía), y siempre hacías
que me sintiera en casa...me dabas algo caliente en la mañana para
calentarme "el pico y las escarbadoras", te reías de los chistes malos
que contaba ¿te acuerdas del de los dos peitos en una moto?, y esa fué
mi condena…porque después de levantarme me hacías sacudir bien las
cobijas para que no fueran a quedar ‘los de la moto’ por ahí.
Me sentía vista y reconocida por tí.
No se necesita muchas veces una relación larga y familiar para
sentirse amado... Siempre sentí desde ti, el amor, la consideración y
el estímulo para que valorara mis cosas.
Cuando te fuiste a vivir a Estados Unidos fuimos a visitarte unos días
y los recuerdo con mucho cariño y gratitud, nos abriste tu casa, me
ofrecsite cosas para llevar, nos preparaste un superalmuerzo muy rico
para irnos a los parques...todavía recuerdo el sabor.
Es increíble la sensación de cercanía que producen los recuerdos
cargados de amor...
Ahora te escribo estás lineas y te pido que los transmitas allí donde
estás, que por favor se acuerden de mi, que me ayuden a mantener la Fé
y la Confianza en momentos como el actual.
Mamá Rita: se me pierde el camino!!
Muchas veces no sé por donde continuar, lucho y lucho, intento ser lo
mas coherente posible, y a veces no sé por donde seguir.
Convierto mi pequeña carta en oración para que a través tuyo (la Mamá)
me ayudes e intercedas por mi (porque tienes rosca allí donde estés)
para que me iluminen y me ayuden a ver el camino, a buscar siempre la
Paz que produce el sentir "que sea Tu voluntad, Señor".
Gracias a Diana, porque me ha estimulado a escribirte y a través de
esta cartica te siento a tí en mi propio corazón y algo regresa a
mí...una suave brisa de esperanza y de saber que soy una hija del
Padre.
Siento mi gratitud hacía tu presencia en mi vida, como un gran regalo
que me sigue acompañando por haberte conocido.
Gracias....Gracias.....
Adriana (La Paticortica)