Cuando miro hacia atrás en mis viajes por la vida, hay lugares y personas que me vienen a la mente y una de las personas que aprecio mucho en mi corazón es Tia Tata.

Antes de conocer a mi esposo, puedo decir con seguridad que era uno de los adultos más solidarios, cariñosos, sensibles y protectores que una joven como yo podría haber tenido el honor de conocer.

Ella era una persona tan dulce y honorable,
Tia Tata siempre estuvo ahí para cuidarme, y siempre tuvo cuidado de ser cautelosa y amable con los consejos que compartía.
Recuerdo la estrecha relación que tenía con mi Madre y siempre me atraía cuando entraba en nuestros espacios de vida, tenía el tipo de personalidad que iluminaría la habitación con sabiduría y alegría.
Ella siempre quitó nuestra ansiedad, siempre pude sentir eso por mí y por mi mamá.
eran tan unidas que ella siempre sacaba lo mejor de las dos.

Realmente, Tia Tata la mayor parte del tiempo fue mi roca, ella fue mi techo contra la tormenta, Ella era mi ancla contra las olas, y sobre todo, era mi luz del sol cuando mi corazón se llenaba de dolor.


Siempre recordaremos a Tia Tata con amor.